Por Bruno Cortés
La mañana se puso tensa en San Lázaro. El diputado Elías Lixa, líder del PAN en la Cámara de Diputados, llegó flanqueado por su bancada para lanzar un mensaje directo y sin rodeos: el PAN no piensa dejar pasar lo que consideran un abuso del poder. Según dijo, el gobierno capitalino y el federal se están ensañando con jóvenes que salieron a las calles a protestar pacíficamente por lo que consideran causas básicas: su libertad, su vida y la paz del país. Y si algo encendió el ánimo panista fue ver que mientras a estos jóvenes se les persigue hasta con vigilancia digital, no hay una sola palabra oficial condenando la violencia que vivieron a manos de policías.
Lixa explicó que lo que más les preocupa no es sólo la represión, sino el silencio de quienes deberían estar levantando la voz por los derechos humanos: ni la CNDH ni la CDHCM han dicho nada. Para el diputado, ese silencio pesa tanto como los golpes que recibieron los manifestantes. En pocas palabras, acusa al Estado de culpar a las víctimas mientras ignora a los agresores.
Por eso, y siguiendo la instrucción del dirigente nacional del PAN, Jorge Romero, el grupo parlamentario presentará el martes una reforma al artículo 9 constitucional. La idea es dejar muy claro que protestar de manera pacífica es un derecho humano intocable, que los límites deben estar del lado del gobierno y no de la gente, y que no se puede usar la fuerza pública ni la persecución digital para intimidar a quienes levantan la voz. Plantean poner candados para frenar la vigilancia del Estado, sancionar abusos policiales y evitar que cualquier manifestación sea etiquetada como violenta sólo por conveniencia política.
El diputado fue contundente: “No vamos a permitir que se estigmatice a los jóvenes sólo porque dijeron algo que al gobierno le incomoda”. Y remató con una frase que resonó en el recinto: “Mientras las y los jóvenes le tienen miedo a las balas, el gobierno le tiene miedo a las y los jóvenes”.
Lixa también aprovechó para presumir un revés a Morena. Contó que el Senado corrigió lo que calificó como una “ocurrencia peligrosa”: una reforma sobre extorsión que, según el PAN, en Diputados reducía las penas a funcionarios coludidos con el crimen organizado. “Nos dieron la razón”, dijo, como quien anota un punto en pleno juego legislativo.
La conferencia no se quedó ahí. También hubo espacio para un comentario mordaz sobre la reunión prevista entre la presidenta y legisladores de Morena, PVEM y PT. Lixa lo llamó un “besamanos” y una “humillación pública”, acusando a la mayoría oficialista de buscar quedar bien con el poder mientras guardan silencio sobre la agresión a jóvenes manifestantes. Según él, la presidenta ganó legítimamente, pero la mayoría legislativa que la acompaña es “artificial”.
En medio de este clima político, otras voces del PAN también aprovecharon para mover piezas. La diputada Martha Moya presentó una iniciativa para que el Congreso pueda legislar directamente en temas de Inteligencia Artificial, un terreno que crece más rápido que la ley. Y el diputado Alán Márquez propuso castigar con hasta 10 años de cárcel el robo de identidad ligado al uso de IA, un delito que, asegura, ya amenaza a más de 80 millones de mexicanos conectados a internet.
Al final, el mensaje del PAN quedó claro: van a empujar una agenda donde la protesta pacífica esté blindada, donde el Estado tenga límites claros y donde la tecnología no se convierta en un arma contra la ciudadanía. En su narrativa, defienden a los jóvenes, acusan abuso de autoridad y buscan poner un freno legal a lo que describen como un gobierno más interesado en vigilar a la gente que en protegerla.
