En un entorno digital donde la competencia por la atención crece a diario, especialistas en marketing y comportamiento en redes sociales expusieron las claves para crecer, posicionarse y generar ingresos durante 2026. El análisis, desarrollado en una conversación con Isabel Romero, Global Head of Marketing en Metricool, detalla cómo la psicología del usuario, los algoritmos y la calidad del contenido determinarán qué marcas y creadores lograrán avanzar en un ecosistema saturado.
Romero explicó que el punto de partida es entender que la atención es un recurso limitado. Aunque cada plataforma impulsa formatos distintos, el común denominador es la necesidad de captar al usuario en segundos. Según análisis recientes sobre consumo digital, la permanencia promedio en contenidos breves se ha reducido de manera sostenida, lo que obliga a los creadores a generar mensajes directos, claros y basados en necesidades específicas del público.
Uno de los elementos centrales expuestos es la identificación del “punto de dolor”, concepto que refiere a los problemas concretos que enfrenta una audiencia dentro de un tema específico. Al abordarlo en los primeros segundos de un video —como dolores físicos, dudas recurrentes o problemas cotidianos— se establece un primer contacto más eficaz. La especialista detalló que este enfoque funciona como la parte superior del embudo de conversión, donde se capta a quienes podrían convertirse en seguidores y futuros clientes.
Romero subrayó que, en promedio, se requieren al menos siete puntos de contacto para que un usuario decida seguir una cuenta. Este comportamiento confirma la importancia de la repetición estratégica: que el público vea la misma cara, escuche la misma voz y reconozca la misma identidad visual. La familiaridad, según estudios de psicología social, incrementa la confianza y la probabilidad de interacción.
Otro de los hallazgos destacados es que la frecuencia ya no garantiza crecimiento. Antes, publicar más contenido se traducía en mayores alcances, pero hoy los algoritmos priorizan calidad, retención y relevancia. Plataformas como Instagram y TikTok distribuyen contenido según el comportamiento individual del usuario, lo que significa que dos personas que siguen una misma cuenta pueden ver piezas completamente diferentes según sus hábitos.
En cuanto a crecimiento rápido, Romero apuntó que TikTok e Instagram siguen siendo las plataformas más accesibles para quienes inician desde cero, debido a su capacidad para mostrar videos a audiencias que no conocen al creador. En contraste, LinkedIn ofrece un crecimiento más lento, aunque mantiene valor para sectores profesionales y contenidos de autoridad. YouTube continúa siendo el espacio de mayor profundidad, ya que la retención promedio en videos largos produce una relación más sólida entre creador y audiencia.
Otro elemento esencial es la diversificación del contenido. El uso de historias seriadas, carruseles con primeras imágenes llamativas y videos reutilizados entre plataformas permite optimizar esfuerzos sin perder consistencia. Además, la especialista recomendó adoptar cualquier nuevo formato que lance una plataforma, ya que históricamente reciben un impulso inicial que favorece su alcance orgánico.
Para negocios locales, como fisioterapia, gastronomía o servicios de bienestar, la recomendación es geolocalizar el contenido y enfocarse en problemas específicos. Grabar procesos, responder dudas frecuentes y mostrar el día a día se convierte en una estrategia de bajo costo que genera autoridad. Este modelo ha sido replicado con éxito por negocios que transforman su operación cotidiana en contenido educativo.
Finalmente, Romero reiteró que la construcción de marca digital requiere tiempo, constancia y claridad estratégica. La autenticidad —expresar sin artificios quién es la persona detrás del proyecto— se vuelve un diferenciador en una etapa donde la inteligencia artificial homogeniza modelos visuales y narrativos. Bajo este enfoque, 2026 se perfila como un año donde quienes comprendan la psicología de la atención podrán convertir sus contenidos en una vía real de ingresos.
