Generación Z toma las calles capitalinas para exigir cambios de fondo

Por Juan Pablo Ojeda

 

La Ciudad de México se alista para una de las movilizaciones juveniles más grandes del año: la marcha de la Generación Z, convocada para este sábado 15 de noviembre y replicada en más de 50 ciudades del país. Desde temprano, la capital tendrá afectaciones viales importantes porque el contingente avanzará rumbo al Zócalo, epicentro de la protesta y del mensaje político que busca mandar esta nueva generación.

El arranque está previsto para las 11 de la mañana en el Ángel de la Independencia. De ahí, miles de jóvenes caminarán por Paseo de la Reforma, avenida Juárez, Eje Central y 5 de Mayo hasta llegar a la Plaza de la Constitución. El recorrido, calculado en unas tres horas, recorrerá el corazón político y económico de la ciudad, lo que anticipa un sábado con tránsito lento, desvíos y cierres intermitentes.

Los organizadores han insistido en que la marcha será pacífica y que su intención es dejar claro que la generación más joven del país quiere ser escuchada. No buscan confrontación, sino espacio: un lugar en la toma de decisiones que durante años sienten que les ha sido negado. En redes sociales, el llamado ha encendido el ánimo juvenil, acompañado de consignas que mezclan hartazgo, esperanza y una exigencia común: que el sistema político empiece a responder a quienes vivirán sus consecuencias durante más tiempo.

En cuanto a la movilidad, la Secretaría de Seguridad Ciudadana anticipa cierres a lo largo de Reforma —entre la Diana Cazadora y Bucareli—, así como en avenida Juárez, partes del Eje Central y varias calles cercanas al Zócalo. También habrá restricciones en 20 de Noviembre y Pino Suárez. Por eso, la recomendación es usar Circuito Interior, Chapultepec, Eje 1 Norte, Eje 1 Oriente, Izazaga y Fray Servando como rutas alternas.

Más allá del impacto vial, el contenido político del pliego petitorio es lo que ha llamado la atención. La Generación Z plantea crear un mecanismo ciudadano de revocación, fortalecer la transparencia, impulsar una reforma profunda al sistema de justicia y avanzar hacia la desmilitarización de la seguridad interna. En pocas palabras: piden que el Estado abra la puerta a una participación más directa y que las instituciones respondan con claridad, rendición de cuentas y límites más definidos para el uso de la fuerza.

El objetivo, según los convocantes, es “abrir un nuevo espacio de participación real para la ciudadanía”. Si la movilización logra su cometido, podría convertirse en un parteaguas que marque cómo las generaciones más jóvenes buscan redefinir la relación entre gobierno y sociedad en un país que sigue exigiendo justicia, seguridad y un futuro menos incierto.

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