Mascotas ya no serían ‘cosas’: proponen ley para protegerlas en divorcios

Por Bruno Cortés

 

La discusión sobre las mascotas en México dio un giro interesante en San Lázaro, donde la diputada Laura Ballesteros Mancilla, de Movimiento Ciudadano, presentó una iniciativa que busca dejar atrás esa idea anticuada de que los animales son “objetos” y llevarla al plano de lo que realmente ya son para millones de familias: seres vivos que sienten, que sufren y que forman parte del hogar. Con el proyecto de ley llamado justo así, “¿Quién se queda con el perro?”, la legisladora puso sobre la mesa un problema que muchos evitan: cuando hay un divorcio o una separación, las mascotas terminan en el limbo jurídico porque la ley todavía las trata igual que a una mesa o un cuadro.

La propuesta de Ballesteros plantea modificar artículos clave del Código Civil Federal —los 272, 273 y 855— para reconocer explícitamente a los animales como seres sintientes. Esto abre la puerta a que, en un juicio de divorcio, el juez ya no decida su destino como si fueran un bien material, sino tomando en cuenta su bienestar, su entorno, la estabilidad emocional y la capacidad real de la persona que quedará a cargo. Es decir, que quien se quede con la mascota sea quien pueda ofrecerle una vida adecuada, no quien “la compró” o simplemente quien la anote en el inventario.

La iniciativa también busca ajustar el artículo 727 para reforzar la protección patrimonial de los animales, evitando que sean objeto de embargo o venta forzosa. Y va más allá: establece que los dueños —o tutores, como cada vez más personas les llaman— deberán demostrar capacidad emocional y económica para hacerse cargo de un animal. Suena lógico, pero hoy la ley no exige nada de eso.

En palabras más simples, la diputada propone que en México exista una obligación jurídica para respetar la vida y bienestar de los animales, y que cualquier acto legal —como contratos, herencias o separaciones— se armonice con esta idea de que los animales no son cosas. La motivación es clara: para las nuevas generaciones, los animales ya son parte de la familia y en muchos casos, parte fundamental. Ballesteros lo explicó de forma emotiva al contar la historia de los perros de su madre, “Cleo” y “Nicolás”, que ahora acompañan a su padre en su proceso de duelo.

La discusión no empieza de cero. En la Ciudad de México ya se aprobó una iniciativa similar impulsada por la diputada Luisa Fernanda Ledesma Alpízar, donde prácticamente todos los grupos parlamentarios estuvieron de acuerdo. Ahora, Ballesteros quiere llevar este enfoque al ámbito federal y que las “familias multiespecie” —como ya se les conoce en derecho comparado— tengan reconocimiento legal en todo el país.

En un Congreso donde a veces los debates se enredan, esta propuesta llega con respaldo de su bancada y con una narrativa muy clara: dejar de ver a los animales como propiedad y empezar a tratarlos conforme a lo que son para millones de personas. El reto legislativo será convencer a más diputadas y diputados de actualizar un marco jurídico que se quedó corto ante la realidad social y emocional de la vida moderna.

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