Por Juan Pablo Ojeda
La investigación por el asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, dio otro giro este jueves luego de que autoridades federales detuvieran a un segundo implicado en el crimen. De acuerdo con el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, el detenido habría ayudado a uno de los sicarios a escapar en un taxi, lo que lo coloca como pieza clave en la operación del grupo responsable.
Con esta captura ya suman dos detenidos, aunque García Harfuch dejó claro que no se dará a conocer el número total de participantes hasta que la investigación avance lo suficiente para no ponerla en riesgo. Afirmó que hay más involucrados identificados y que seguirán cayendo conforme avancen las diligencias.
El caso ha revelado detalles que apuntan a que el homicidio del edil no fue un acto improvisado, sino un plan que incluso se intentó ejecutar días antes. Según las investigaciones, el 30 de octubre los sicarios ubicaron a Manzo en una gasolinera y ahí buscaron matarlo, pero fallaron. Ese error, relató García Harfuch, les valió un castigo interno por parte de la misma célula criminal que los dirigía.
El asesinato se consumó el 1 de noviembre, durante el Festival de las Velas. A pesar de que Carlos Manzo estaba acompañado, tres sicarios recibieron la orden de disparar. Quien jaló el gatillo fue Víctor Manuel, un joven de 17 años que fue abatido en el lugar. Sus cómplices, Fernando Josué N. y Ramiro N., lograron huir, pero sus cuerpos aparecieron días después sobre la carretera Uruapan–Paracho, un indicio más del ajuste interno dentro del grupo criminal.
Las autoridades lograron reconstruir la cadena de mando a partir del celular de Ramiro. Ahí encontraron que “el Licenciado”, identificado como Jorge Armando N., operaba como jefe directo de los sicarios y que el grupo detrás del ataque era afín al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Este sujeto fue detenido en el Centro de Morelia y, más tarde, la Fiscalía estatal realizó un cateo en su domicilio, donde hallaron indicios que robustecen la investigación.
El caso sigue abierto, pero la línea es clara: el asesinato de Carlos Manzo fue un crimen premeditado, con varios niveles de mando y una célula criminal operando atrás. Las autoridades federales insisten en que habrá más detenciones y que el objetivo es desarticular por completo a quienes orquestaron y ejecutaron el ataque.
