Por Juan Pablo Ojeda
Durante su conferencia matutina de este jueves, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo abordó el tema de la revocación de mandato y aclaró que la decisión de aplicar este mecanismo en los estados corresponde únicamente a los Congresos locales y a la ciudadanía de cada entidad.
La mandataria subrayó que el Gobierno Federal no puede intervenir en los procesos estatales, y pidió a los legisladores locales discutir el tema con base en el interés público y las peticiones ciudadanas.
“Depende de los gobernadores y de las constituciones de cada estado de la República. Cada entidad tendría que definirlo. Nosotros definimos lo que tiene que ver con la presidencia, pero en los estados es decisión del pueblo y sus congresos”, explicó Sheinbaum.
Mencionó además que algunos gobernadores, como los de Oaxaca e Hidalgo, ya han planteado la posibilidad de aplicar este ejercicio en sus territorios, lo que, dijo, “refleja un interés creciente por la participación ciudadana en las decisiones políticas”.
Por otra parte, Xóchitl Gálvez, exsenadora y excandidata presidencial de la oposición, criticó la propuesta de adelantar la consulta nacional de revocación de mandato a 2027, asegurando que busca beneficiar a Morena durante las elecciones intermedias. En un video publicado en X (antes Twitter), la panista sostuvo que el verdadero objetivo sería “mantener a Sheinbaum en la boleta” y permitir el uso de recursos públicos con fines electorales.
Ante ello, la presidenta negó que haya intención de favorecer a su partido y aseguró que la propuesta surgió de una discusión interna de Morena, no del Ejecutivo federal. Agregó que coincidir la consulta con los comicios intermedios permitiría ahorrar recursos y fortalecer la democracia al ofrecer a los ciudadanos la oportunidad de evaluar la continuidad de su gobierno.
Sheinbaum recalcó que el tema aún debe debatirse ampliamente antes de cualquier aprobación legislativa, y recordó que la revocación de mandato ya existe en la ley, aunque su primera aplicación ocurrió en 2022.
La discusión sobre este mecanismo ha reavivado la tensión entre oficialismo y oposición, que ven en la revocación un campo de disputa por el control político y la narrativa democrática rumbo a los próximos procesos electorales.
